El
siguiente es el texto completo de la Declaración de
Principios suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno
asistentes a la Primera Cumbre de las Américas.
Declaración
de Principios
Pacto
para el Desarrollo y la Prosperidad: Democracia, Libre
Comercio y Desarrollo Sostenible en las Américas
Los Jefes
de Estado y de Gobierno elegidos de las Américas estamos
comprometidos a fomentar la prosperidad, los valores y las
instituciones democráticas y la seguridad de nuestro
Hemisferio. Por primera vez en la historia, las Américas
son una comunidad de sociedades democráticas. Si bien
nuestros países enfrentan diferentes desafíos en materia
de desarrollo, están unidos en la búsqueda de la
prosperidad a través de la apertura de mercados, la
integración hemisférica y el desarrollo sostenible.
Estamos decididos a consolidar y fomentar vínculos mas
estrechos de cooperación y a convertir nuestras
aspiraciones en realidades concretas.
Reiteramos
nuestra firme adhesión a los principios del derecho
internacional y a los propósitos y principios consagrados
en la Carta de las Naciones Unidas y en la Carta de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), incluidos
los de la igualdad soberana de los Estados, la no
intervención, la autodeterminación de los pueblos y la
solución pacifica de controversias. Reconocemos la
heterogeneidad y la diversidad de nuestros recursos y
culturas. Asimismo, estamos convencidos de que podemos
promover los intereses y valores que compartimos a través
de la creación de pactos firmes.
Preservar
y fortalecer la comunidad de democracias de las Américas
La Carta de
la Organización de los Estados Americanos establece que
la democracia representativa es indispensable para la
estabilidad, la paz y el desarrollo de la región. La
democracia es el único sistema político que garantiza el
respeto de los derechos humanos y el estado de derecho; a
la vez, salvaguarda la diversidad cultural, el pluralismo,
el respeto de los derechos de las minorías y la paz en y
entre las naciones. La democracia se basa, entre otros
principios fundamentales, en elecciones libres y
transparentes, e incluye el derecho de todos los
ciudadanos a participar en el gobierno. La democracia y el
desarrollo se refuerzan mutuamente.
Reafirmamos
nuestro compromiso de preservar y fortalecer nuestros
sistemas democráticos en beneficio de todos los pueblos
del Hemisferio. A través de los organismos competentes de
la OEA, trabajaremos en favor del fortalecimiento de las
instituciones democráticas y de la promoción y defensa
de los regímenes democráticos constitucionales, de
conformidad con la Carta de la OEA. Apoyamos los esfuerzos
de esta Organización en favor de la paz y la estabilidad
democrática, social y económica de la región.
Reconocemos
que nuestros pueblos buscan con ahínco mayor capacidad de
respuesta y eficiencia por parte de nuestros gobiernos. La
democracia se fortalece mediante la modernización del
Estado, que incluye aquellas reformas que agilizan su
funcionamiento, reducen y simplifican las normas y los
procedimientos gubernamentales, y aumentan la
transparencia y la responsabilidad de las instituciones
democráticas. Considerando que es esencial que todos los
sectores de la sociedad tengan acceso expedito y eficaz a
la justicia, afirmamos que la independencia del poder
judicial constituye un elemento crucial para la existencia
de un sistema jurídico eficiente y de una democracia
duradera. Nuestro objetivo final es mejorar la satisfacción
de las necesidades de la población, especialmente de las
mujeres y los grupos mas vulnerables, incluidos las
poblaciones indígenas, los discapacitados, los niños
ancianos y las minorías.
La
democracia efectiva requiere que la corrupción sea
combatida de manera integral, toda vez que constituye un
factor de desintegración social y de distorsión del
sistema económico que socava la legitimidad de las
instituciones políticas.
Reconociendo
los efectos nocivos que generan el crimen organizado y las
drogas ilícitas sobre nuestras economías y valores éticos,
y sobre la salud publica y la estructura social, nos
uniremos en la lucha contra el consumo, la producción, el
trafico y la distribución de narcóticos, así como en
contra del lavado de dinero y el trafico ilícito de armas
y de sustancias químicas precursoras. También
cooperaremos para formular estrategias viables para el
desarrollo alternativo en aquellos países en donde
existen cultivos ilícitos. La cooperación deberá
extenderse a programas nacionales e internacionales
destinados a reducir la producción, uso y trafico de
drogas ilícitas y a la rehabilitación de adictos.
Condenamos
el terrorismo en todas sus formas y combatiremos conjunta
y firmemente los actos terroristas en cualquier parte de
las Américas, a través de todos los medios legales.
Reconociendo
la importante contribución de los individuos y
asociaciones en el ejercicio efectivo del gobierno democrático
y en la ampliación de la cooperación entre los pueblos
del Hemisferio, facilitaremos su plena participación en
las actividades políticas, económicas y sociales, de
conformidad con la legislación de cada país.
Promover
la prosperidad a través de la integración económica y
el libre comercio
Nuestro
progreso económico continuo depende de políticas económicas
sólidas, del desarrollo sostenible y de un sector privado
dinámico. Una clave para la prosperidad es el comercio
sin barreras, sin subsidios, sin practicas desleales y con
un creciente flujo de inversiones productivas. La
eliminación de los obstáculos para el acceso al mercado
de los bienes y servicios entre nuestros países promoverá
nuestro crecimiento económico. Una economía mundial en
crecimiento aumentara también nuestra prosperidad
interna. El libre comercio y una mayor integración económica
son factores clave para elevar el nivel de vida, mejorar
las condiciones de trabajo de los pueblos de las Américas
y proteger mejor el medio ambiente.
Por
consiguiente, decidimos iniciar de inmediato el
establecimiento del "Area de Libre Comercio de las Américas"
en la que se eliminaran progresivamente las barreras al
comercio y la inversión. Asimismo, resolvemos concluir
las negociaciones del "Area de Libre Comercio de las
Américas" a mas tardar en el año 2005, y convenimos
en alcanzar avances concretos hacia el logro de este
objetivo para el final de este siglo. Reconocemos el
progreso que ya se ha obtenido a través de las acciones
unilaterales de cada una de nuestras naciones y de los
acuerdos comerciales subregionales de nuestro Hemisferio.
Sobre la base de los acuerdos subregionales y bilaterales
existentes ampliaremos y profundizaremos la integración
económica hemisférica, haciéndolos mas parecidos.
Conscientes
de que la inversión constituye el principal motor del
crecimiento en el Hemisferio, la alentaremos, colaborando
en el establecimiento de mercados mas abiertos,
transparentes e integrados. En este sentido, nos
comprometemos a crear mecanismos sólidos que promuevan y
protejan el flujo de inversiones productivas en el
Hemisferio, y fomenten el desarrollo y la integración
progresiva de los mercados de capital.
A fin de
avanzar en la integración económica y el libre comercio,
crearemos una infraestructura hemisférica con la
cooperación y el financiamiento del sector privado y de
las instituciones financieras internacionales. Este
proceso, que requiere de un esfuerzo de cooperación en áreas
tales como telecomunicaciones, energía y transporte,
permitirá el movimiento eficiente de bienes, servicios,
capital, información y tecnología, que son la base de la
prosperidad.
Reconocemos
que a pesar de los avances considerables en la solución
del problema de la deuda en el Hemisferio, la carga que
representa un elevado endeudamiento externo continua
obstaculizando el desarrollo de algunos de nuestros países.
Reconocemos
que la integración económica y la creación de un área
de libre comercio serán tareas complejas, particularmente
a la luz de las amplias diferencias en los niveles de
desarrollo y en el tamaño de las economías de nuestro
Hemisferio. Permaneceremos conscientes de estas
diferencias a medida que avancemos hacia la integración
económica en el Hemisferio. Recurriremos a nuestros
propios recursos, inventiva y capacidades individuales, así
como a la comunidad internacional para que nos ayuden a
lograr nuestros objetivos.
Erradicar
la pobreza y la discriminación en nuestro Hemisferio
Resulta políticamente
intolerable y moralmente inaceptable que algunos sectores
de nuestras poblaciones se encuentren marginados y no
participen plenamente de los beneficios del desarrollo.
Con el objetivo de lograr una mayor justicia social para
todos nuestros pueblos, nos comprometemos individual y
colectivamente a mejorar el acceso a la educación de
calidad y a la atención primaria en materia de salud, así
como a erradicar la pobreza extrema y el analfabetismo.
Todos deben tener acceso a los frutos de la estabilidad
democrática y del crecimiento económico, sin
discriminación por motivos de raza, sexo, nacionalidad de
origen o religión.
En
observancia del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas
del Mundo, concentraremos nuestros esfuerzos en mejorar el
ejercicio de los derechos democráticos de las poblaciones
indígenas y su acceso a los servicios sociales.
Conscientes
de que la prosperidad ampliamente compartida contribuye a
la estabilidad hemisférica y a una paz y democracia
duraderas, reconocemos nuestro interés común en la
creación de oportunidades de empleo que mejoren los
ingresos, los salarios y las condiciones de trabajo de
todos nuestros pueblos. Invertiremos en la gente para que
todos los individuos del Hemisferio tengan la oportunidad
de desarrollar todo su potencial.
El
fortalecimiento del papel de la mujer en todos los
aspectos de la vida política, social y económica de
nuestros países es esencial para reducir la pobreza y las
desigualdades sociales, y promover la democracia y el
desarrollo sostenible.
Garantizar
el desarrollo sostenible y conservar nuestro medio
ambiente para las generaciones futuras
El progreso
social y la prosperidad económica solo se pueden mantener
si nuestros pueblos viven en un entorno saludable y
nuestros ecosistemas y recursos naturales se utilizan
cuidadosamente y de manera responsable. Para avanzar en el
cumplimiento de los compromisos asumidos en la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y en la
Conferencia Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de los
Pequeños Estados Insulares, celebrada en Barbados en
1994, formaremos alianzas de cooperación con el fin de
fortalecer nuestra capacidad para prevenir y controlar la
contaminación, proteger los ecosistemas y emplear de
manera sostenible los recursos biológicos, y fomentar la
producción y el uso limpio, eficiente y sostenible de la
energía. Para beneficiar a las generaciones futuras a
través de la conservación del medio ambiente, incluido
el uso racional de nuestros ecosistemas, recursos
naturales y patrimonio biológico, continuaremos buscando
la cooperación tecnológica, financiera y de otros tipos.
Fomentaremos
el bienestar social y la prosperidad económica en formas
que tomen plenamente en cuenta el impacto que producimos
sobre el medio ambiente. Convenimos en respaldar la
Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible, que
busca fortalecer las democracias de esa región mediante
la promoción de la prosperidad social y económica, y la
gestión racional del medio ambiente. En ese contexto,
apoyamos la convocatoria de otras reuniones regionales
sobre desarrollo sostenible.
Nuestra
Declaración constituye un conjunto de compromisos
integrales que se refuerzan mutuamente con miras a
alcanzar resultados concretos. De conformidad con el Plan
de Acción anexo y reconociendo las distintas capacidades
y ordenamientos jurídicos de cada nación, nos
comprometemos a cumplirlos sin demora.
Instamos a
la OEA y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para
que brinden asistencia a los países en el cumplimiento de
dichos compromisos, apoyándose significativamente en la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión
Económica de las Naciones Unidas para América Latina y
el Caribe (CEPAL), así como en los organismos
subregionales de integración.
A fin de
dar continuidad a los esfuerzos tendientes a promover la
participación política nacional, convocaremos reuniones
temáticas de alto nivel para tratar asuntos como
comercio, mercados de capital, sector laboral, energía,
educación, transporte, telecomunicaciones, lucha contra
las drogas y otras iniciativas contra el crimen,
desarrollo sostenible, salud, y ciencia y tecnología.
A fin de
garantizar la participación y el compromiso de los
individuos, invitamos al sector privado, al sector
laboral, los partidos políticos, las instituciones académicas
y otros actores y organizaciones no gubernamentales a
cooperar y participar en nuestros esfuerzos nacionales y
regionales, fortaleciendo así los vínculos entre los
gobiernos y la sociedad.
Nuestras
treinta y cuatro naciones comparten un compromiso
ferviente en favor de las practicas democráticas, la
integración económica y la justicia social. Nunca antes
nuestros pueblos se habían encontrado en mejores
condiciones para expresar sus aspiraciones y aprender los
unos de los otros. Las condiciones para la cooperación
hemisférica son propicias. Por lo tanto, en representación
de todos nuestros pueblos, en cuyo nombre suscribimos esta
Declaración, aprovechamos esta oportunidad histórica
para crear un Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad de
las Américas. |