Qué se entiende por violencia La violencia es un fenómeno social multidimensional, que se manifiesta en todos los niveles y de los que su erradicación representa uno de los retos más importantes para las sociedades. En el ejercicio de revisar las distintas definiciones relacionadas con la violencia, son destacables dos de las acepciones de la palabra “violento” establecidas por la Real Academia Española (ver referencia ), por su sencillez y su claridad, a saber: “Que obra con ímpetu y fuerza” y “Que se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y justicia”. En la primera acepción destaca el uso de la palabra fuerza, que sin duda es el rasgo más importante del fenómeno, y en relación con la segunda acepción es revelante, desde la óptica de lo jurídico, el uso de la palabra “justicia”, toda vez que la violencia representa sin duda la ausencia ésta. Adicionalmente, al hacerse referencia específica de violencia contra niños, niñas y adolescentes, es importante considerar, como lo hace el Estudio de la Violencia contra los niños, de las Naciones Unidas (UNVAC, por sus siglas en inglés), las definiciones de violencia que nos ofrecen, por una lado la Convención de los Derechos del Niño en su artículo 19: “toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual” y por otro, el Informe Mundial sobre la violencia y la salud de la Organización Mundial de la Salud (2002): “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra un niño, por parte de una persona o un grupo, que cause o tenga muchas probabilidades de cuasar perjuicio efectivo o potencial a la salud del niño, a su supervivencia, desarrollo o dignidad. El desarrollo que desde hace varios años ha tenido el abordaje del tema de violencia lo ha convertido en la actualidad en uno los temas más importantes para las sociedades y sus gobiernos. Con la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se ha marcado un punto de partida desde el cual ha sido posible abordar el tema de la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes con mayor claridad y profundidad. Existe en nuestras sociedades modernas una mayor conciencia de los efectos que genera la violencia y con ello una menor tolerancia social a sus manifestaciones. Para los Estados es una de las mayores preocupaciones y le han dado un énfasis importante al tema, lo que se ha traducido en políticas públicas y legislación específica para abordar este fenómeno. 2. Avances y Desafíos El reconocimiento social de estas “nuevas” situaciones violatorias de derechos (como lo es el abuso sexual intrafamiliar, explotación laboral, etc.) tuvo como proceso paralelo la modificación de los marcos legales, tarea que fue bastante extensa y productiva, y que tuvo como resultado cambios importantes en la institucionalidad relacionada con la atención de niños, niñas y adolescentes. Un número muy significativo de dicha producción legislativa se da propiamente para proteger de forma directa a los niños, niñas y adolescentes de las distintas formas de violencia. En el tema de la violencia relacionada con niños, niñas y adolescentes, cabe destacar dos temas sobre los que hay ya avances importantes, pero de los que todavía hace falta una mayor conciencia y estudio. Estos dos temas son: la violencia entre los niños, niñas y adolescentes (dentro de esto, pero no exclusivo, el bullying), y el castigo físico o corporal por parte de padres, tutores, cuidadores y educadores, entre otros. En el caso de castigo físico, su eventual prohibición generalizada se considera que sería uno de los logros más reveladores en relación con el respeto pleno de la dignidad de los niños, niñas y adolescentes. Esta práctica es tan común y cotidiana que pasa inadvertida como la violación de derechos que es, con el agravante de que tienes rasgos culturales y consuetudinarios que provocan una resistencia muy grande a su eliminación. Un avance fundamental sobre este tema específico lo representa el Informe de la Comisión Interamericana sobre Derechos Humanos, titulado “El castigo corporal y los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes” (ver referencia ) De igual forma, un tema que continúa siendo un reto para los países de la región, es el abordaje del derecho penal juvenil, el cual sin duda, es un tema importante y complejo de abordar, por su sensibilidad en la ciudadanía ya que está fuertemente asociado al ámbito de la seguridad pública. Cuando se legisla sobre violencia en general es fundamental tomar en consideración que en relación con la niñez y adolescencia se manifiesta en distintos ámbitos y, por lo tanto, la respuesta normativa a esta problemática debe ser general, comprensiva y a la vez específica a estos ámbitos, puesto que distintas son sus modalidades y consecuencias. Estos ámbitos son principalmente: el hogar, la escuela, la calle, los centros de detención y los centros de cuido. Por tanto, la legislación que sobre violencia se promulgue debe trascender la mera enunciación del derecho a no ser víctima de violencia, como mayoritariamente se ha hecho, y en consecuencia regular la materia desde una perspectiva integral con elementos de políticas públicas que incluyan la prevención del fenómeno, detección de situaciones, protección de las víctimas, tratamiento de las situaciones, víctimas y victimarios, reacción penal en los casos más graves de violencia, y el acompañamiento posterior. En términos generales, hay dos grandes retos-uno conceptual y el otro institucional- importantes en relación con el tema de la violencia, el primero de ellos se refiere a la tendencia que existe en los Estados de la región por dar más importancia a la instauración de políticas públicas integrales y a los Planes Nacionales, en los cuales, toda vez que se incluya de forma importante el tema de violencia con estrategias específicas y efectiva, se podrán ver resultados positivos en un mediano plazo. El reto en el plano conceptual se refiere a la cada vez más generalizada opinión de que en relación con los niños, niñas y adolescentes, violencia es conculcar cualquiera de sus derechos. Esta concepción es fundamental toda vez que va más allá de la visión tradicional de violencia y en caso de generalizarse y lograr el consenso como paradigma, podría reflejarse en cambios importantes en un futuro próximo. El desafío en este tema, pasa principalmente por el cumplimiento de las recomendaciones expresadas en el Informe Final aprobado por la Asamblea General de la Naciones Unidas del Estudio sobre violencia contra niños, niñas y adolescentes (ver referencia), es decir: a) fortalecer los compromisos y medidas nacionales y locales para contrarrestar la violencia a través de la planificación nacional, b) prohibir expresamente toda forma de violencia contra niños, niñas y adolescentes, c) Dar prioridad a la prevención de la violencia, d) promover valores no violentos y concienciación para eliminar actitudes permisivas a la violencia, e) aumentar las capacidades de los que trabajan con los niños para prevenir, detectar y responder a la violencia, f) proporcionar servicios de recuperación y reinserción social con servicios de salud que den la mayor importancia a los niños y sean universales, g) garantizar la participación de los niños y niñas para que se incluya su opinión en la prevención de la violencia, h) Crear sistemas de denuncia y servicios accesibles y adecuados para los niños y niñas a través de mecanismos seguros, publicitados y confidenciales, i) asegurar la rendición de cuentas y poner fin a la impunidad por medio de la recuperación de confianza en los sistemas judiciales, j) abordar la perspectiva de género en la violencia contra niños y niñas por las particularidades que en cada caso se presentan, k) elaborar y aplicar sistemáticamente sistemas de datos e investigación a efectos prevenir mejor la violencia, y l) fortalecer los compromisos internacionales, lo cual es el cumplimiento de los tratados y convenciones de derechos humanos relativas a la violencia. Es fundamental continuar en lucha de un entorno más tolerante y más pacífico para nuestros niños, niñas y adolescentes de las Américas. Bibliografía:
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