UNA ALIANZA ESTRATÉGICA A FAVOR DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS DE CENTROAMÉRICA, PANAMA, BELICE Y REPÚBLICA DOMINICANA


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En el año 1992 en ocasión de la XI Cumbre de Presidentes de Centroamérica, las Primeras Damas de la Región emitieron una Resolución que, entre otras cosas, proponía:

  • "Brindar todo el apoyo necesario para que el Instituto Interamericano del Niño pueda cumplir con el programa aprobado por su Consejo Directivo y la Asamblea General de la OEA, para la década de los 90:
  • "Plan de Acción Interamericano para la Niñez Carenciada que contempla asuntos sociales, jurídicos, de información, de registro civil y estadísticas vitales, de prevención de la farmacodependencia y la niñez discapacitada."
  • "Estudiar la factibilidad para la creación de un Fondo Centroamericano para la Infancia (FOCIN) administrado por la OEA a través del Instituto Interamericano del Niño, con el primer objetivo de crear un centro de información sobre niñez en cada país, interconectados entre sí."

Esos eran los desafíos de fines de siglo XX, en los que se vislumbraba con lucidez la importancia de la información como instrumento para la toma de decisiones. Varios de los compromisos asumidos se cumplieron, como es el caso de tener Centros de Información en casi todos los países de la Región. La Alianza Estratégica entre las Primeras Damas y el Instituto Interamericano del Niño resultaba eficaz.

Pero iniciamos el siglo XXI con 117 millones entre niños y jóvenes menores de 20 años, viviendo en situación de pobreza. Y eso nos duele a todos como personas, como gobiernos y como organismos especializados. Y si bien es cierto que mucho se hizo, seguimos teniendo por delante enormes desafíos.

El informe de la CEPAL (1999 – 2000) llamado "Panorama Social de América Latina" nos dice, en efecto, que de esos 117 millones, 39 millones son menores de 5 años y 43 millones tienen entre 6 y 12 años. Es decir que, a pesar de los esfuerzos nacionales y de la cooperación internacional para revertir esta situación, tenemos que volver a reunirnos, como hace casi 10 años, y como lo hicimos el año pasado en el Salvador, para fortalecer esta alianza estratégica entre las Primeras Damas de la Región y el Instituto Interamericano del Niño, para ayudar a reducir este panorama de desigualdades que tanto afecta a la infancia redoblando nuestro compromiso, el de nuestros gobiernos, el de los propios niños, niñas y adolescentes y el de todos los ciudadanos, para que en la agenda pública el bienestar de la infancia y el respeto por los derechos de los niños ocupe el lugar que en toda democracia y en todo estado de derecho se merecen.

Pero, ¿cómo lograr un progreso consistente y permanente a favor de la infancia?, ¿cómo asegurarnos que las políticas y programas que se diseñan obtengan el impacto buscado?.

Una vez más creemos que disponer de la información confiable y adecuada a nivel nacional hasta lograr generar una cultura de la información, no quedándonos en el diagnóstico o en la denuncia fácil, sino para liderar procesos, es un instrumento indispensable de trabajo para resolver problemas.

Algunas áreas relacionadas con la niñez tienen larga tradición en la producción de información, como por ejemplo la salud y la educación. Pero no se ha logrado en general en nuestros países construir un sistema integrado de indicadores que nos permita tomar las decisiones correctas en materia de extensión de cobertura de atención, modalidad de atención, necesidad de recursos que se deben asignar y en qué período de tiempo, para saber que no padecemos del Síndrome de Penélope que destejía por la noche lo que tejía durante el día.

Esta valorización de la información y de los beneficios que puede generar si es actualizada y tiene una continuidad en el tiempo, encierra parte de lo que gobiernos y sociedad civil buscan para dar respuestas efectivas a los desequilibrios sociales que afectan de manera particular a la infancia y que obstaculizan el desarrollo del propio país.

Incorporar la cultura de la información es una forma de fortalecer a las instituciones de protección a la infancia, que de seguir improvisando caerán en el descreimiento y no lograrán que sea rentable la inversión hecha en el capital humano que representa la infancia para nuestros países.

Dentro de esta concepción la información constituye la base sobre la cual planificar políticas, medir su impacto y evaluar resultados. Los Sistemas Nacionales de Infancia la incorporan para poder responder en tiempo y forma a los requerimientos de los niños, niñas y adolescentes.

Visto desde la óptica de los DERECHOS, la información contribuye a garantizarlos. El artículo 17 de la Convención reconoce la importancia que tiene la producción y manejo de la información para la promoción del bienestar social, espiritual, moral y para la salud física y mental de los niños y las niñas. Se trata del derecho de los niños a estar ellos debidamente informados y de inculcarles (art. 29) el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Sólo las sociedades que respetan los derechos fundamentales y de sus niños, pueden educarlos para que ellos respeten los de los demás. Y es en ese juego de fortalecer los derechos ciudadanos y consolidar la democracia, que debemos conocer la realidad que viven nuestros niños y diseñar acciones para que, desde la perspectiva de los derechos, salgan de la exclusión y la marginación.

El Instituto Interamericano del Niño asume en 1987 el compromiso de desarrollar el área de información. Se crea el Centro de Información Computarizada desde donde progresivamente se llegare al Programa Interamericano de Información sobre Niñez y Familia (PIINFA).

El Instituto constató que no había en la región sistemas de información adecuados a las diferentes necesidades de los niños. Comienzan entonces a generarse el Programa Interamericano como un servicio a la región: promover el uso de instrumentos que permitan identificar experiencias e investigaciones; difundirlas entre los operadores que trabajan con niños y jóvenes; y generar espacios de información integral que coadyuven en la gestión de procesos de cambios favorables en el mejoramiento de las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes.

A través de ese proceso y luego de 15 años, el Instituto terminó desarrollando una Red de Información sobre Niñez y Familia (RIIN), con unos 60 Centros en 19 países y una red de publicaciones hoy digitalizadas.

Paralelamente el Instituto ayudó a la instalación en varios países del SIPI o Sistema de Información para la Infancia, que dota a los órganos rectores de infancia de información que les permite monitorear y evaluar la atención en sus más variadas modalidades que se brinda a los niños, niñas y jóvenes en situaciones de riesgo. Los SIPI permitieron que en algunos países de la región se monitorearan los procesos de desinternación y desinstitucionalización, y de extensión progresiva de cobertura con programas preventivos delicadamente evaluados.

Debemos destacar, pues, con ocasión de esta Segunda Reunión de Primeras Damas, que los países de la región a través de Ustedes como de sus voceras, se viene haciendo una promoción sistemática del uso de sistemas de información.

La Reunión en San Salvador y su Declaración Final bajo el lema "Niños con Derechos, Países con Democracia", ratificó el compromiso de trabajar técnicamente a favor de la infancia.

La invitación de la Primera Dama de Nicaragua, el esfuerzo de sus colaboradores y la respuesta a la convocatoria, nos están permitiendo consolidar nuestro compromiso, hacer un intercambio horizontal de experiencias, y avanzar como un colectivo regional en la protección de los derechos de nuestras niñas y nuestros niños.

El Instituto Interamericano del Niño siente que gracias a la voluntad política de Ustedes ha ido pudiendo construir una fuerte presencia en la región que solo interesa pueda capitalizarse en bien del capital humano que son nuestros niños y del activo de las familias de Centroamérica que debe fortalecerse porque sin algo de familia, y sin asunción de valores por parte de ella, difícilmente sea sostenible una política pública de infancia.

Para terminar quiero destacar el rol que ha entrado a jugar la comunicación y la información por medio electrónico. La tarea por delante es hacer que Internet esté al servicio del desarrollo. Ello implica la disponibilidad de conectividad a un precio razonable y capacitación básica en el manejo de herramientas para ser utilizadas cada vez por más personas independientemente de edad, sexo, raza o lengua.

El propio Instituto cada vez más se está volviendo un prestador de servicios por Internet, buscando a su vez crear nuevos espacios en dicha red para que los propios niños y adolescentes hagan respetar sus derechos.

En definitiva, se trata de que las tecnologías de la información y de la comunicación contribuyan a formar sociedades más democráticas y plurales, que hayan hecho una opción inconfundible por los derechos humanos, que eso son los derechos del niño, y por la cultura de la paz.