Declaración de Margarita
8 y 9 de noviembre de 1997
PRIMERA
PARTE: Los valores éticos de la democracia
SEGUNDA
PARTE: La Cooperación derivada de las Cumbres de la Conferencia
Iberoamericana
TERCERA PARTE:
Asuntos de Especial Interés
Jefes
de Estado y de Gobierno de los Países Iberoamericanos
INTRODUCCIÓN
1. Los Jefes de Estado y de Gobierno de los
países iberoamericanos reunidos en la isla de Margarita, República de
Venezuela, los días 8 y 9 de noviembre de 1997, hemos centrado la
reflexión de la VII Cumbre Iberoamericana en el tema de Los Valores
Eticos de la Democracia. Las seis Cumbres anteriores nos han conducido,
desde 1991, a fortalecer cada vez más los lazos de unión de nuestra
Comunidad que se ha consolidado como espacio de concertación y
cooperación de características propias.
2. El asunto central de esta Reunión de
Jefes de Estado y de Gobierno tiene estrecha relación con las reflexiones
sobre gobernabilidad de la VI Cumbre Iberoamericana y con el compromiso de
nuestros países con la defensa de la democracia, el Estado de Derecho, el
pluralismo político, las libertades fundamentales y los derechos humanos,
los principios de soberanía y de no intervención, el derecho de cada
pueblo de construir libremente, en paz, estabilidad y justicia su sistema
político y sus instituciones, y la existencia de un sistema justo de
relaciones internacionales éticas, democráticas, y en condiciones de paz
y seguridad, en un marco de respeto a los principios de convivencia
Internacional consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
En la Declaración de Viña del Mar afirmamos que la raíz ética de la
actividad política constituye el fundamento más importante del respeto
hacia esta actividad y que elevar su calidad, la de su dirigencia y el
debate público debe ser una tarea compartida por todos.
Ratificamos, por consiguiente, el compromiso allí asumido para promover
la revalorización de la política en la vida diaria de nuestros pueblos,
estimulando su participación política y social, fortaleciendo, desde la
mas temprana edad escolar los programas de formación ciudadana y de
educación para la democracia y la participación, propiciando la
capacitación de dirigentes políticos, a fin de que se mantenga y crezca
un interés generalizado por el perfeccionamiento del régimen
democrático, y de los órganos y estructuras que lo conforman.
3. Declaramos estar convencidos que la
democracia es no sólo un sistema de gobierno, sino también una forma de
vida a la que los valores éticos dan consistencia y perdurabilidad. La
tolerancia, la capacidad de valorar y aceptar el pluralismo; el derecho a
la libre expresión y al debate público; el respeto, la promoción y la
protección de los derechos humanos, la aplicación de las reglas de la
convivencia civilizada establecidas por la ley; la validez del diálogo en
la solución de los conflictos; la transparencia y la responsabilidad de
la gestión pública son principios jurídicos y valores éticos de la
práctica democrática, que debemos fortalecer y promover dentro de
efectivos programas y estrategias nacionales de formación ciudadana.
4. En esta VII Cumbre ratificamos nuestra
voluntad de continuar en el camino de fortalecer y perfeccionar nuestros
sistemas democráticos, de progresar cada vez más en el respeto y
protección a los derechos humanos, de garantizar el respeto del estado de
derecho, de lograr un óptimo equilibrio entre equidad y eficiencia en
nuestros sistemas económicos, con el objeto de la búsqueda de la
justicia social, de mejorar nuestros sistemas de administración de
justicia, de elevar el nivel de la ética pública, de contribuir,
conforme con la legislación vigente en cada país, a un eficiente
funcionamiento de los partidos políticos y de los procesos electorales,
de velar por la libertad de expresión como elementos fundamentales de
nuestros sistemas democráticos, y de incentivar a nuestros pueblos para
su participación activa en la consecución de tales propósitos.
I. LA PROMOCIÓN, RESPETO Y GARANTÍA DE
LOS DERECHOS HUMANOS
5. Los Jefes de Estado y de Gobierno
reiteramos el compromiso de nuestra Comunidad con la ética y los valores
que orientan la democracia y que hacen posible la promoción, el respeto y
la garantía de los derechos humanos, razón de ser y contenido de dicha
forma de gobierno. Reafirmamos que la democracia, el desarrollo
sostenible, el respeto de todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, son interdependientes y
se refuerzan mutuamente, y basándose por igual en los principios de
objetividad, imparcialidad y universalidad. Enfatizamos igualmente la
obligación del Estado de promover y garantizar la plena vigencia de todos
los derechos humanos, sobre la base de una cooperación internacional
dentro de un clima que excluya la confrontación, que apunte al
fortalecimiento y actualización de acciones comunes dirigidas a la
promoción, protección y defensa de estos derechos.
6. El objetivo de alcanzar la
gobernabilidad en una democracia eficiente y participativa, según los
términos señalados por la VI Cumbre Iberoamericana, reclama, en
consecuencia, de un esfuerzo individual y colectivo por parte de nuestros
Estados, y de nuestras sociedades para profundizar y arraigar en las
instituciones una cultura de los derechos humanos basada en la dignidad,
la libertad, la igualdad, la no discriminación y la solidaridad.
Reconocemos que estos derechos son universales, indivisibles e
interdependientes.
7. Los valores que dan soporte a la
democracia dentro de nuestra Comunidad y que se traducen en derechos,
deberes y garantías han adquirido expresión y vigencia dentro de
nuestros ordenamientos constitucionales y en los tratados internacionales
ya incorporados a nuestro derecho interno. Reconocemos, sin embargo, la
necesidad de realizar un esfuerzo mayor para eliminar los obstáculos que
todavía impiden o limitan el pleno respeto y la garantía de todos los
derechos humanos.
8. Apoyamos la iniciativa, según la
legislación interna de cada país, para impulsar la suscripción o
adhesión de nuestros países a los tratados internacionales sobre
derechos humanos de alcance universal, regional, generales o particulares,
de los cuales todavía no seamos parte. Reconocemos la importancia del
desarrollo progresivo en la aplicación de las normas internacionales y
nacionales que garanticen tales derechos, y de lo cual son ejemplo las
recientes reformas constitucionales adoptadas por algunos países
iberoamericanos. En ese marco, destacamos la importancia de promover el
respeto al derecho internacional humanitario y a los principios
humanitarios reconocidos universalmente.
9. Reiteramos la obligación de los Estados
de promover y proteger todos los derechos humanos, civiles, culturales,
económicos, políticos y sociales, incluyendo el derecho al desarrollo,
que son interdependientes e interrelacionados y cuya universalidad es
incuestionable. Enfatizamos que la realización progresiva de políticas
nacionales e internacionales para asegurar su pleno reconocimiento y
ejercicio requieren de la acción conjunta de la sociedad y del Estado.
Ello en el contexto de la solidaridad y la justicia social en el ámbito
internacional y al papel que le corresponde a los organismos e
instituciones internacionales.
Asimismo expresamos el interés en que se continúe profundizando, en los
ámbitos pertinentes, la reflexión sobre el concepto del derecho a la
paz.
10. Manifestamos que corresponde
primordialmente al Estado atender a los sectores más vulnerables de
nuestras poblaciones, a fin de combatir la exclusión social, superar la
pobreza, la desnutrición, la marginalidad y el analfabetismo, lograr un
mayor acceso a los servicios de salud a fin de acordar mecanismos de
inserción de estos sectores en nuestras sociedades.
Reafirmamos el reconocimiento de la diversidad de nuestras culturas y el
legítimo derecho de las poblaciones indígenas al desarrollo político,
económico, social y cultural.
Apoyamos la tarea de la Organización de las Naciones Unidas para aliviar
los problemas de los refugiados y de los desplazados internos y nos
comprometemos a aunar esfuerzos y orientar la cooperación internacional
para la protección y ayuda de las víctimas de esta situación,
especialmente personas de la tercera edad, mujeres y niños.
11. Destacamos la importante labor que
realizan los organismos internacionales y las organizaciones no
gubernamentales de derechos humanos en la búsqueda de su respeto,
promoción y protección.
II. LA JUSTICIA SOCIAL
12. Concebimos la justicia social como la
realización material de la justicia en el conjunto de las relaciones
sociales, la cual exige medidas de compensación a favor de aquellos que
requieran un tratamiento especial y diferenciado y que no pueden
representar o hacer valer de forma efectiva y pública sus intereses,
necesidades o aspiraciones.
Este mismo principio tiene validez en las relaciones entre los pueblos. La
justicia social internacional obliga a cada país, de acuerdo con sus
capacidades, a hacer todo lo necesario frente a otros pueblos para lograr
el bien común universal. La solidaridad humana no se agota en los
términos de un solo Estado soberano, abraza a todos los pueblos de la
humanidad. En consecuencia, los países más desarrollados económica y
tecnológicamente, prestarán su colaboración a los países menos
desarrollados.
13. La aplicación de la justicia social
internacional conduce al bien común universal. Es por su naturaleza
indivisible y se refiere a las relaciones y conductas recíprocas entre
individuos y entre grupos y naciones, con lo cual se reclama establecer
condiciones que permitan y aseguren a todos la capacidad de realizar sus
programas de desarrollo con la finalidad de asegurar una vida realmente
digna.
14. Reconocemos que los conceptos de
estabilidad democrática y desarrollo económico y social tienden a
reforzarse mutuamente, pues las democracias requieren políticas sólidas
que aseguren un desarrollo económico integral de la sociedad. Reconocemos
que la vigencia de la justicia social comporta que aquellos con mayor
disponibilidad de bienes y servicios, asuman una mayor contribución en la
responsabilidad del Estado de lograr una distribución de la riqueza mas
equitativa, con base sólida y estable. De allí que la lucha por la
justicia social sea un compromiso ineludible para nuestras naciones.
15. La Comunidad Iberoamericana reafirma su
compromiso con la búsqueda de un desarrollo sostenible para nuestros
países. Por medio de la adopción de este compromiso podremos enfrentar
de manera eficaz la superación de la pobreza y la extrema pobreza, el
desafío de alcanzar la plena armonía entre la democracia, y la búsqueda
común de una calidad de vida más elevada para sus pueblos, fundada en
objetivos integrados y complementarios de carácter económico, social y
ambiental. La consolidación de la democracia tendrá plena validez en el
marco de economías que se sustentan en los principios de solidaridad,
justicia social y equidad.
16. Reiteramos el compromiso de nuestros
gobiernos de continuar avanzando en el logro de los objetivos contenidos
en la Declaración de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de
Copenhague de marzo de 1995: erradicar la pobreza, fomentar el empleo
productivo y restablecer la integración social; estimular, con la más
amplia participación de todos los sectores sociales, el diseño y la
puesta en marcha de políticas económicas destinadas a incrementar el
bienestar de nuestras sociedades y vinculadas con políticas sociales
eficientes, eficaces, participativas y aptas para combatir la desigualdad
social. Igualmente, nos mantendremos atentos ante los desafíos que las
situaciones de injusticia social en nuestros países puedan implicar para
nuestras democracias.
17. Coincidimos en que el ámbito de
aplicación de la justicia social no debe reducirse a los aspectos
materiales, también exige proporcionar acceso a la educación en
condiciones de igualdad, a los bienes culturales, de las ciencias, de las
técnicas y las artes, así como preservar la pluralidad de las culturas
que constituye una de nuestras principales riquezas, promover su
desarrollo y aportar a otros pueblos los valores humanistas que ellas
expresan.
III . LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
18. La justicia consiste principalmente en
la aplicación de un orden jurídico que preserve la dignidad, la
libertad, el respeto a los derechos humanos, la igualdad de acceso y
oportunidades, la iniciativa de las personas y de las comunidades, el
combate a la impunidad y garantice el cumplimiento de sus obligaciones por
parte de los Estados y las personas.
19. La administración de justicia debe
inspirarse en valores éticos. Corresponde al Estado asegurar su
imparcialidad y objetividad, así como la igualdad y respeto de la
dignidad de las personas, ajenos a las conveniencias del poder ya sean
económicas, sociales, o políticas, de conformidad con lo dispuesto en la
legislación de cada país sobre derechos y deberes. La administración de
justicia con su contenido ético debe ser simple, accesible, pronta,
ágil, próxima al ciudadano y equitativa en sus decisiones. Ha de ser
independiente en cuanto a su actuación y a los criterios aplicados por
los funcionarios judiciales; efectiva y flexible, en lo que atañe a sus
mecanismos de solución de controversias; e idónea, en lo referente a la
conducta profesional y ética de dichos funcionarios.
20. Reconocemos que la actuación de los
órganos judiciales incide en gran medida en la concreción y efectividad
de la seguridad jurídica, y en la lucha contra la impunidad, por ello
propiciamos la promulgación de normas claras cuya publicidad aplicación
y cumplimiento, aseguren la existencia del pleno estado de derecho y la
convivencia democrática. La seguridad jurídica implica el
establecimiento de normas cuya aplicación eficaz logra el respeto y el
cumplimiento de los derechos y obligaciones de las personas naturales y
jurídicas.
21. Ratificamos que en un sistema
democrático corresponde principalmente al Poder, órgano o rama judicial,
la función de dirimir controversias y litigios mediante la
interpretación y la aplicación de las normas que integran el orden
jurídico del Estado. Saludamos asimismo la actualización y renovación
que se viene implementando en las legislaciones de algunos de nuestros
países, a fin de adaptarlas a las aspiraciones legítimas de nuestros
pueblos.
22. La reforma de la administración de
justicia que estamos apoyando incluye, entre otros objetivos, el de
asegurar su mayor eficiencia, de garantizar la tutela de los derechos
humanos y de facilitar el acceso expedito de los ciudadanos a las
decisiones judiciales, de conformidad con las circunstancias y la
legislación de cada país.
23. Para apoyar las acciones destinadas al
mejoramiento de la administración de justicia según las circunstancias y
características de cada país, impulsaremos un intercambio de
experiencias entre nuestros Estados en materia de reforma judicial y
políticas judiciales.
Nos comprometemos a promover una mayor cooperación y asistencia
internacional en la lucha contra todas las formas de delincuencia
organizada internacional.
IV. ÉTICA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
24. Estamos convencidos de que la
Administración Pública debe estar regida por estrictas normas que
provengan no sólo del derecho sino también de una ética que lo
fundamenta. El Estado de Derecho para alcanzar su plenitud y efectiva
vigencia ha de estar basado en valores y principios éticos.
25. Saludamos los esfuerzos que se realizan
en varios de nuestros países por definir y establecer códigos de
conducta ética de los funcionarios y empleados públicos. Estos
instrumentos normativos, deberán contener principios reguladores
susceptibles de ser concretados y aplicados a los diferentes tipos de
comportamientos administrativos y a los problemas éticos que afrontan los
diversos organismos administrativos. Es necesario establecer igualmente
los medios adecuados, según el orden jurídico de cada país, a fin de
vigilar, preservar y fomentar la ética pública. Estos mecanismos deben
orientar sus actividades dentro de los criterios de la defensa del estado
de derecho, de los derechos humanos y de los intereses de la sociedad.
26. El reto de la democracia en los albores
del siglo XXI, será responder cada vez más al compromiso de la
eficiencia basándonos en los postulados de libertad, igualdad y justicia
que inspiran a los sistemas democráticos. Una empresa de tanta
trascendencia no debe limitarse, sin embargo, a organismos oficiales sino
que debe convocar a la sociedad civil.
27. Reconocemos que la corrupción, en sus
diferentes formas y variantes, es un flagelo universal que también afecta
a nuestros países y puede llegar a generar desestabilización
institucional, alteración en las reglas de competencia y desconfianza en
las instituciones democráticas. Por ello, en esta VII Cumbre nos
comprometemos a seguir trabajando a nivel nacional y regional para
prevenir, detectar, combatir y sancionar las conductas delictivas que
conforman la corrupción, fortaleciendo los mecanismos que estimulen la
participación ciudadana en la prevención y lucha contra estos delitos.
Con ese objetivo destacamos la necesidad de impulsar la cooperación
judicial internacional en el marco del respeto a la soberanía de los
Estados. Este compromiso debe ser concebido como una labor continua y
permanente.
28. Estimamos también necesaria la
cooperación, de conformidad con el derecho interno de cada país, de sus
disposiciones de procedimiento y con los acuerdos bilaterales o
multilaterales, como la Convención Interamericana contra la Corrupción,
para la revisión de las legislaciones bancarias y controlar el
establecimiento de "paraísos fiscales" y otras semejantes,
causantes no sólo del fomento a la corrupción sino también de
legitimación de capitales provenientes del tráfico de drogas.
Al seguir con atención el rechazo de la opinión pública a las
prácticas del soborno, destacamos los esfuerzos de la Organización
Mundial de Comercio para lograr un acuerdo sobre la transparencia de la
contratación pública
29. Con base en los lineamientos anteriores
fomentaremos la información, la difusión y el estudio de mecanismos
dirigidos al combate contra la corrupción así como la cooperación
internacional en esta materia.
V.- PARTIDOS POLÍTICOS Y TRANSPARENCIA DE
LOS PROCESOS ELECTORALES
30. Coincidimos en que la consolidación
del sistema democrático en Iberoamérica debe propugnar la mayor
credibilidad en su funcionamiento, resaltando el papel esencial que las
agrupaciones y partidos políticos así como los gobiernos cumplen en el
desarrollo de la vida democrática.
31. Reafirmamos que el desarrollo del
sistema político democrático, a través de las figuras de la
representación y la participación, implica necesariamente el aporte de
las agrupaciones y partidos políticos, en concordancia con la vigencia de
los valores de libertad, igualdad, bienestar, orden y justicia. Una de las
cualidades más sobresalientes de la democracia es la participación
popular en todos los ámbitos de la vida social, por lo que urge que los
Estados concreten esfuerzos y promuevan acciones que involucren a los
diversos sectores sociales y que garanticen la adecuada combinación de
los mecanismos de participación con los de representación.
32. La tarea de los partidos no se agota en
el acto comicial. Su función también debe servir como canal de
comunicación recíproca entre los órganos del Estado y la sociedad y
promover la participación ciudadana. Para ello es necesario potenciar la
capacidad política de las agrupaciones y de los partidos como
articuladores y agregadores de demandas sociales, así como de
formuladores de propuestas programáticas que los configuren como centros
de discusión para los problemas de nuestros pueblos y de conformación de
opciones que orienten el debate y la vida pública.
33. La creciente exigencia de nuestros
pueblos de fortalecer más la participación en las decisiones que afectan
a la sociedad, demanda que las políticas públicas sean amplias y
participativas. Ello nos compromete al diseño de nuevas formas de
participación de los ciudadanos donde las opiniones sociales puedan
manifestarse más espontáneamente, y servir de punto de referencia a la
actuación de los gobernantes. De conformidad con la legislación de cada
país, consideramos necesario estimular los mecanismos de participación
ciudadana con el concurso y el compromiso de los partidos políticos y de
los gobernantes.
34. Reiteramos que es necesario que las
agrupaciones y los partidos refuercen la definición de sus programas,
modernicen sus organizaciones, establezcan modalidades transparentes de
financiamiento y refuercen su capacidad de adaptación a las nuevas
exigencias de la realidad y a las reformas institucionales de cada país.
35. La transparencia de los modelos
organizativos y de las actuaciones en el sistema político exigen
igualmente someter a la inspección pública, no sólo las conductas de
dirigentes y militantes sino también los medios de financiamiento que
tradicionalmente reciben los partidos políticos. La cuestión del
financiamiento de la política tiene una importancia ética fundamental
para la democracia pues de su adecuada solución depende en gran medida la
igualdad de acceso a las posiciones políticas y la toma de decisiones
públicas orientadas al bien colectivo y no a intereses particulares.
36. Es necesario que los procesos
electorales no sean exclusivamente tutelados y controlados por los
intereses de los partidos y gobiernos, lo cual involucra la necesaria
participación de la sociedad civil para legitimar la fuente de origen de
los organismos electorales y la transparencia de los procesos. Es
necesario también, de acuerdo con al ordenamiento interno de cada país,
estimular la autonomía de los organismos electorales frente al Poder
Ejecutivo.
37. Todo régimen democrático se encuentra
vinculado a transformaciones permanentes para corregir las imperfecciones
y defectos que se presentan en su ejercicio. Sólo el sistema democrático
permite un proceso constante de atención a la marcha de su desarrollo y
de denuncia ante sus retrocesos. Nuestro compromiso es no cejar en el
perfeccionamiento de la democracia y fortalecer los mecanismos de
participación ciudadana a través de los partidos políticos y las
organizaciones de la sociedad civil, garantizando el acceso, la
transparencia y credibilidad de dichos mecanismos, mediante elecciones
libres y periódicas .
VI.- DERECHO A LA INFORMACIÓN
38. Por constituir requisito indispensable
de la democracia, reafirmamos los derechos a la libertad de expresión, de
información y de opinión, fundamentos del derecho que tienen las
personas a recibir información libre y veraz, sin censura ni
restricciones.
39. Sostenemos que esas libertades
requieren de la presencia y funcionamiento de una pluralidad de medios de
comunicación libres. Por otra parte el fomento a la educación y la
cultura contribuye al pleno ejercicio del derecho a la información.
40. Convencidos de la importancia de los
medios de comunicación en la consolidación y fortalecimiento de la
democracia, expresamos nuestro reconocimiento al papel que estos han
desempeñado en la formación de la sociedad democrática iberoamericana
el cual debe fortalecerse permanentemente a través del ejercicio
creciente de un periodismo ético y de responsabilidad social.
41. Particular interés y atención nos
merece el crecimiento y expansión de las innovaciones tecnológicas de la
comunicación. Este proceso, que marca profundamente el fin de siglo, crea
en nuestras sociedades oportunidades y esperanzas para el mejoramiento de
la calidad de vida, también entraña desafíos por sus implicaciones para
la preservación de la identidad cultural de nuestros pueblos. Resultará
oportuno asumir la responsabilidad compartida que representa para los
Estados, las instituciones sociales, educativas y culturales, y los
sectores empresariales de Iberoamérica, el posibilitar y facilitar el
más amplio acceso y uso por parte de la población de estas innovaciones
tecnológicas de la comunicación y de la información, fortaleciendo al
mismo tiempo nuestro acervo cultural e identidad nacional. Asimismo,
expresamos nuestra confianza en que los medios de comunicación
iberoamericanos difundan la realidad y los valores compartidos de nuestra
comunidad.
42. Al reiterar el derecho a las libertades
de expresión, de información, de opinión, lo hacemos de conformidad con
nuestras respectivas legislaciones nacionales y con los principios y
normas consagrados en diversos instrumentos internacionales sobre la
materia.
43. Los Jefes de Estado y de Gobierno
condenamos enérgicamente los ataques y cualquier otra forma de violencia
o coacción contra los medios de comunicación, los periodistas y
comunicadores. Estos actos constituyen atentados a la actividad de los
medios de comunicación y a la libertad de expresión.
REUNIONES SECTORIALES, AGRADECIMIENTOS,
CONVOCATORIA
44. Tomamos nota de las siguientes
Declaraciones:
- Declaración de Maturin "La
agricultura como soporte de la democracia", adoptada durante el
II Foro Ministerial Iberoamericano de Agricultura, celebrado en
Maturín, Estado Monagas los días 11,12 y13 de agosto de 1997.
- Declaración de Margarita "La
vivienda, elemento estabilizador de la democracia", adoptada
durante el II Foro Iberoamericano de Ministros y Autoridades Máximas
del Sector de Desarrollo Urbano y de Vivienda, efectuado en la Isla de
Margarita, Estado Nueva Esparta entre el 9 y el 12 de septiembre de
1997.
- Declaración de Asunción, adoptada
durante el III Encuentro Iberoamericano de Ministras y Responsables de
Políticas de la Mujer, celebrada en Asunción, Paraguay, los días 11
y 12 de septiembre de 1997.
Declaración de Mérida "La
Educación y los valores éticos de la democracia",aprobada durante
la VII Conferencia Ministerial Iberoamericana de Educación, realizada
en Mérida, Estado Mérida los días 25 y 26 de septiembre de 1997.
Declaración de Caraballeda "Los
desafíos éticos de la investigación científica y tecnológica",
emanada de la V Conferencia Ministerial Iberoamericana de Ciencia y
Tecnología, efectuada en Caraballeda, Departamento Vargas del 8 al 10
de octubre de 1997.
Declaración de Margarita "Para una
ética de la integración cultural iberoamericana", aprobada
durante el Encuentro de Ministros Iberoamericanos de Cultura, realizada
en la Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta los días 20 y 21 de
octubre de 1997.
Asimismo tomamos nota con interés de la
celebración del Encuentro Iberoamericano : "La juventud y los
valores éticos de la democracia: un debate necesario", realizado en
la ciudad de Caracas del 12 al 15 de octubre de 1997.
45.- Manifestamos nuestra gratitud al
Excelentísimo Señor Presidente Rafael Caldera y por su intermedio al
Gobierno y al pueblo de la República de Venezuela por la calidez y
gentileza con que hemos sido recibidos en la Isla de Margarita. Asimismo
deseamos expresar nuestro agradecimiento a la Comisión Organizadora de la
VII Cumbre Iberoamericana por la organización de esta Cumbre y
especialmente por el desempeño de la Secretaría Pro-Tempore de la
Conferencia Iberoamericana, durante 1997.
46.- Convocamos a todos los Jefes de Estado
y de Gobierno de Iberoamérica a la VIII Cumbre Iberoamericana, en
Portugal, en 1998.
1.- Manifestamos nuestra convicción de que
la cooperación entre las naciones continuará siendo, en el próximo
siglo, un elemento fundamental de las relaciones internacionales. La
cooperación no sólo es una expresión política de las relaciones entre
gobiernos, sino también, un vínculo ético que trasciende las
estructuras gubernamentales y las fronteras geográficas para influir de
modo directo en las sociedades, en las que los ciudadanos son cada vez
más protagonistas y desempeñan un papel más destacado en un nuevo
contexto de interrelación e integración, determinado por la
participación social y la apertura económica, la democratización y el
desarrollo de los medios de comunicación.
2.- Propiciamos una cooperación para el
desarrollo que incorpore a las más diversas instituciones de
Iberoamérica y que con sus acciones fortalezca el respeto a los derechos
humanos y a la democracia como forma de vida. La cooperación deberá
orientar su quehacer de acuerdo con los principios de participación,
responsabilidades compartidas y eficacia, a fin de lograr avances reales y
resultados tangibles que apunten a una mayor justicia social y al
bienestar de nuestros pueblos.
3.- Nos congratulamos por la evolución
positiva en la estructura jurídica y organizativa de las actividades de
cooperación derivadas de las Cumbres Iberoamericanas, materializada con
la entrada en vigor del Convenio para la Cooperación en el marco de la
Conferencia Iberoamericana.
4.- Resaltamos la adaptabilidad y
flexibilidad del sistema de cooperación iberoamericano como una
característica positiva que responde a las necesidades y a la diversidad
de países que conforman este foro, permitiendo acoger iniciativas tanto
de sectores públicos como privados de nuestras sociedades, incluyendo
instituciones de la sociedad civil.
5.- Reconocemos con beneplácito los
importantes esfuerzos que han venido realizando algunos países
iberoamericanos, al incrementar sus contribuciones a los diferentes
programas en ejecución, a la vez que resaltamos la consolidación
técnica y financiera de esas actividades, que conducen a la reafirmación
de la identidad y la solidaridad iberoamericanas.
6.- Celebramos la reciente creación del
mecanismo de capitalización del Fondo Indígena, con la valiosa
contribución de algunos gobiernos, que permitirá consolidar proyectos
iberoamericanos en beneficio del desarrollo de las poblaciones indígenas
de nuestros países.
7.- Destacamos el avance que se ha logrado
en los programas en ejecución y asimismo la importancia de la
incorporación en esta Cumbre de nuevas iniciativas de cooperación, tales
como: el apoyo a la pequeña y mediana empresa; la preservación y
difusión de la memoria histórica común a través de los archivos
iberoamericanos; la investigación agrícola, las acciones focalizadas
para la disminución de la pobreza y las viviendas alternativas de
interés social. Esta variedad de iniciativas son el reflejo de la
diversidad de relaciones que existen entre nuestros países y la vigencia
de este espacio de cooperación, para buscar soluciones compartidas a los
desafíos comunes que se nos plantean.
8.- En este contexto, consideramos la
adopción de un logotipo como un símbolo que facilitará la
identificación de las acciones de cooperación resultantes de los
trabajos de las diferentes Cumbres, y dará testimonio de nuestra decidida
voluntad de trabajar juntos.
9.- En este sentido, nos satisface la
realización de Reuniones Sectoriales en el marco de la Conferencia
Iberoamericana, las que han permitido definir estrategias comunes, evitar
duplicidad de esfuerzos y asumir una participación proactiva entre las
instituciones de nuestros países.
10.- Reconocemos que la cooperación entre
nuestros países es el mecanismo que debe concretar la voluntad que hemos
expresado de buscar conjuntamente las soluciones a problemas que nos son
comunes, y de brindar a nuestros pueblos la posibilidad de responder a sus
aspiraciones con un espíritu iberoamericano.
11.- Hemos constatado con satisfacción que
en el marco de las Cumbres Iberoamericanas, el proceso de la cooperación
ha adquirido un grado de madurez que lo convierte en un instrumento eficaz
para complementar nuestros esfuerzos de desarrollo. Por ello, reiteramos
nuestra voluntad de apoyar y fortalecer la coordinación de las acciones
de cooperación iberoamericana para dar a los programas y proyectos
acordados y aprobados un seguimiento efectivo que garantice su máximo
impacto en beneficio de los pueblos de Iberoamérica.
SUPERACIÓN DE LA POBREZA
1.- Conscientes que en el contexto actual
el superar la pobreza en la región, demanda la ejecución de programas
que garanticen a la población el acceso a los servicios de educación,
salud, justicia e infraestructura, de modo que puedan tener una mejor
calidad de vida, acceder a mejores empleos y obtener mayores ingresos,
reafirmamos que la inversión social debe estar dirigida a la promoción
de oportunidades para que las personas más pobres puedan incorporarse de
manera productiva y sostenida a la economía.
DEUDA EXTERNA
2.- Conscientes de que para algunos países
de la comunidad iberoamericana, la gravosa carga que representa la deuda
externa afecta seriamente las posibilidades del desarrollo social y humano
de sus pueblos, manifestamos nuestro decidido respaldo para que se
considere la posibilidad de otorgar un tratamiento más flexible, a fin de
que se pueda aliviar el servicio de esas deudas en beneficio de programas
sociales que aseguren, en nombre de la justicia social y de la
solidaridad, el mejoramiento del nivel de vida de los sectores más
necesitados.
CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE
MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO
3.- Destacamos, igualmente, la aprobación
del Programa adoptado por la XIX Asamblea Extraordinaria de la ONU para
continuar instrumentando el programa 21 de la Cumbre de la Tierra, así
como su contribución para evitar un retroceso en el compromiso de la
comunidad internacional con el desarrollo sostenible.
TERRORISMO
4.- Reafirmamos nuestra condena al
terrorismo en todas sus formas y reiteramos nuestro compromiso de
combatirlo, conjunta y firmemente y a través de todos los medios legales,
porque erosiona la convivencia pacifica y civilizada y afecta al estado de
derecho y al ejercicio democrático.
5.- Reconocemos los decididos esfuerzos y
avances de algunos países de nuestra Comunidad en su lucha contra el
terrorismo, y reafirmamos la vigencia de los diversos compromisos asumidos
por nuestros Estados para reforzar la cooperación internacional contra
este flagelo.
ACUERDO DE PAZ
6.- Recordando la transcendental
importancia de la firma del Acuerdo de Paz firme y duradera entre el
Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
(URNG), el 29 de diciembre del año pasado, que significó un sólido
aporte al fortalecimiento de la democracia, la paz y la reconciliación en
nuestros pueblos, asumimos el compromiso de apoyar y cooperar con el
Gobierno de Guatemala en sus esfuerzos para la Implementación de los
Acuerdos suscritos, convencidos que solo de esa manera se logrará la
estabilidad social y económica de sus habitantes
INSTITUCIONALIDAD CENTROAMÉRICANA
7.- Respaldamos la decisión de los
Presidentes Centroamericanos de iniciar el proceso hacia la Unión
Centroamericana de manera gradual y progresiva, contenida en la
Declaración de Nicaragua, del 2 de septiembre de 1997. Esta iniciativa,
afirma que Centroamérica es una Comunidad política, económica, social,
ambiental y cultural, que vive un momento histórico excepcional
caracterizado por la existencia de gobiernos democráticos, y en donde se
ha establecido la paz firme y duradera, profundizandose aún más los
compromisos en materia de integración, cuyos lineamientos se establecen
en la XIX Reunión de Presidentes Centroamericanos, dirigidos hacia la
conformación de la Unión Centroamericana, como expresión superior de la
asociación comunitaria establecida en el Protocolo de Tegucigalpa de
1991.
MANTENIMIENTO DE LA PAZ
8.- Creemos oportuno destacar la
importancia que le adjudicamos al rol de las Naciones Unidas en el
mantenimiento de la Paz y de la Seguridad Internacionales. En ese sentido,
consideramos que, sobre la base de los propósitos y principios de la
Carta de las Naciones Unidas, las operaciones de mantenimiento de la paz
constituyen un valioso instrumento para la solución de los conflictos.
9.- Las Naciones de nuestra Comunidad que
participan en las operaciones de mantenimiento de la paz, otorgan una
especial relevancia a dicha participación y examinarán los medios de
establecer una mayor coordinación entre sí con vistas a que ésta
participación sea aún mas fructífera.
MECANISMO DE LOS GRUPOS DE AMIGOS EN LOS
PROCESOS DE PAZ Y DEMOCRATIZACIÓN
10.- Reiteramos nuestro apoyo a las
gestiones emprendidas por los Grupos de Países Amigos del Secretario
General de la ONU y por el Secretario General de la OEA en América Latina
y el Caribe, donde han contribuido de manera decisiva a la consolidación
de la paz, al fortalecimiento de la democracia y de sus instituciones.
Dichas gestiones que han beneficiado a los países en conflicto, también
han permitido la transformación de los mismos y del sistema internacional
vigente.
DESARME Y NO PROLIFERACIÓN
11.- Refrendamos nuestro compromiso con los
objetivos de lograr la no proliferación de armas nucleares y la adopción
de un programa de desarme que tenga como meta su total eliminación.
TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS
12.- Expresamos nuestro reconocimiento a
las negociaciones llevadas a cabo en el marco del Grupo de Río y de la
OEA que culminaron con la adopción de la Convención Interamericana
contra la Producción y el Tráfico Ilícito de Armas de Fuego,
Municiones, Explosivos y otros Materiales relacionados, la cual se abrirá
a la firma los días 13 y 14 de noviembre de 1997.
MINAS TERRESTRES ANTIPERSONAL
13.- Expresamos nuestro reconocimiento a
los esfuerzos nacionales e internacionales dirigidos a revertir la
tendencia, aún creciente, al uso indiscriminado y la transferencia de
minas terrestres antipersonal, en especial por sus reprobables efectos
sobre la población civil. Igualmente, tomamos nota con interés de las
negociaciones que culminaron con la adopción de la Convención sobre la
Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de
Minas Antipersonal y su Destrucción.
DESMINADO EN CENTROAMÉRICA
14.- Reiteramos nuestra exhortación a la
comunidad internacional a continuar cooperando y apoyando técnica y
financieramente a los países centroamericanos en sus esfuerzos para la
remoción de minas antipersonal y la rehabilitación de las víctimas, a
fin de que puedan concluir antes del año 2.000 los programas de
desminado.
MEDIDAS DE FOMENTO DE LA CONFIANZA
15.- Expresamos nuestro interés en
continuar promoviendo Medidas de Fomento de la Confianza y de la Seguridad
entre la Comunidad Iberoamericana, las cuales pueden ser adoptadas
libremente como opción de cada país para contribuir a consolidar un
clima de confianza y seguridad mutua. En este sentido, manifestamos
complacencia por la realización de la Conferencia Regional de San
Salvador sobre Medidas de Fomento de la Confianza y de la Seguridad en
seguimiento de la Conferencia de Santiago.
MEDIDAS UNILATERALES
16.- Expresamos nuestra preocupación por
la creciente tendencia a aplicar unilateral y extraterritorialmente
medidas legislativas internas de un Estado a otros, las cuales violan
normas y principios del derecho internacional y la soberanía de los
Estados.
17.- Esta tendencia que se ha hecho patente
además en las evaluaciones sobre derechos humanos, en los procesos de
certificación en la lucha contra el narcotráfico, en cuestiones
medioambientales y en los intentos por condicionar la cooperación en las
formas de votación de los países en los organismos Internacionales,
afecta el orden internacional y la armonía que debe regir las relaciones
entre los Estados.
18.- En particular, reiteramos nuestro
enérgico rechazo a la puesta en práctica de la denominada Ley Helms
Burton, así como a las recientes acciones del Congreso de los Estados
Unidos orientadas a ampliar el alcance de tal legislación. Exhortamos al
Gobierno de los Estados Unidos de América para que reconsidere la puesta
en práctica de dicha Ley, que atenta contra los principios que rigen la
convivencia internacional y es contraria al espíritu de cooperación y
amistad que debe caracterizar las relaciones de todos los miembros de la
Comunidad Internacional
LUCHA CONTRA LAS DROGAS Y LOS DELITOS
CONEXOS
19.- Reafirmamos nuestro firme compromiso
de cooperar en la lucha contra el consumo, la producción, el tráfico, la
distribución de drogas ilícitas, y sus delitos conexos, en particular el
desvío de precursores y sustancias químicas esenciales y su comercio
ilícito, el lavado de activos y el tráfico de armas, utilizando todos
los medios a nuestro alcance, contenidos en las respectivas legislaciones
nacionales y en los instrumentos internacionales suscritos, teniendo en
cuenta el pleno respeto a la soberanía de los Estados y la no
intervención en sus asuntos internos y el principio de la responsabilidad
compartida.
20.- Ratificamos nuestro apoyo y compromiso
para que la celebración del Período Extraordinario de Sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas para tratar el problema de las
drogas y sus delitos conexos, prevista para junio de 1998, permita la
adopción de acciones concretas para el fortalecimiento de la cooperación
internacional en materia judicial, de control de los precursores químicos
esenciales y estimulantes, reducción de la demanda ilícita, prevención
y sanción del delito de lavado de dinero, promoción de programas de
desarrollo alternativo y coordinación internacional contra el trafico de
drogas, armas y el crimen organizado. Con miras a alcanzar estos
objetivos, subrayamos la importancia de estar representados al más alto
nivel político en este evento.
21.- Reiteramos la necesidad de fortalecer
la cooperación internacional en los programas y proyectos de desarrollo
alternativo destinados a atender la necesidades de las comunidades
involucradas en los cultivos ilícitos, que garanticen mejores condiciones
de vida y la generación de actividades económicas rentables, que
permitan la sostenibilidad de los mismos dentro de un esquema integral en
la lucha contra las drogas.
LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN
22.- Nos comprometemos a combatir
colectivamente la corrupción pública y privada, que es uno de los
principales enemigos de nuestras sociedades, de la democracia y de la
libertad económica. En este sentido, acogemos con satisfacción la
"Declaración de Lima", adoptada en la VIII Conferencia
Anticorrupción celebrada en septiembre de 1997, y exhortamos a nuestros
gobiernos a dar cumplimiento a sus recomendaciones con la colaboración de
los sectores público y privado.
23.- Invitamos a los países signatarios
que aún no lo han hecho a que ratifiquen o adhieran la Convención
Interamericana contra la Corrupción.
PARTICIPACIÓN DE LA MUJER
24.- Afirmamos que la igualdad de
oportunidades de mujeres y hombres es fundamental para el equilibrio
democrático, garantizado por los valores éticos que responsablemente
deben asumir los gobiernos para la toma de decisiones que conlleven la
satisfacción de necesidades y aspiraciones de los pueblos.
25.- Proponemos el reconocimiento de la
mujer, como un agente fundamental de los procesos de desarrollo económico
y el cambio social, visualizando su aporte al país y reconocemos la
importancia de promover la plena participación social y política de la
mujer en los niveles de decisión y de gobierno.
JUVENTUD
26.- Preocupados por los asuntos que
inquietan a los jóvenes de nuestros países, estamos conscientes y
convencidos de que es necesario redoblar los esfuerzos en nuestra gestión
gubernamental, con vistas a garantizar la ampliación de las oportunidades
en educación, empleo, salud y participación democrática de las nuevas
generaciones de iberoamericanos.
POBLACIÓN ADULTA
27.- Conscientes de la existencia de un
alto índice de población adulta en Iberoamérica, y teniendo presente la
evidente desprotección de un elevado porcentaje de ella, recomendamos la
adopción de políticas de naturaleza multisectorial que tomen en
consideración los diversos aspectos del tema, incluyendo la distribución
equitativa de los recursos y el acceso igualitario a la atención médica
y otros servicios.
PARTICIPACIÓN DE LAS POBLACIONES
INDÍGENAS
28.- Nos comprometemos a tomar en cuenta
los modelos de desarrollo propios de las poblaciones indígenas, que se
caracterizan por una concepción integral de las necesidades de la vida
económica y cultural, sin separar una área de la otra, a diseñar
modalidades concretas de asistencia, reconociéndoles plenamente sus
derechos de propiedad, así como la protección de su patrimonio cultural
e intelectual. En ese sentido, hacemos un llamado a los organismos de
cooperación técnica y financiera, a brindar su apoyo a los proyectos que
les sean presentados para alcanzar dichos objetivos.
MIGRACIONES INTERNACIONALES
29.- Subrayamos la responsabilidad de los
Estados de origen y destino de migrantes en cuanto a fortalecer la
cooperación en materia migratoria. En tal sentido, instamos a adoptar, de
común acuerdo, medidas tendientes a asegurarles el pleno ejercicio de sus
derechos humanos, así como su bienestar social y económico.
30.- Asimismo, nos solidarizamos con los
esfuerzos que realizan los gobiernos centroamericanos para lograr
soluciones humanas y adecuadas a la compleja situación migratoria que
enfrentan aquellas personas que se encuentran en situaciones migratorias
irregulares en terceros Estados, producto de crisis políticas anteriores.
Apoyamos los esfuerzos de todos los gobiernos interesados en resolver los
problemas de las personas que se encuentran en situación migratoria no
documentada. Por ello expresamos la necesidad de evitar la ejecución de
medidas que conlleven deportaciones masivas, y de cooperar en el
desarrollo de programas destinados a la plena reinserción de los
migrantes en sus países de origen.
TRABAJADORES MIGRANTES
31.- Expresamos nuestra profunda
preocupación ante las crecientes manifestaciones de racismo, xenofobia,
tratos inhumanos y degradantes y otras formas de discriminación de que
son víctimas los trabajadores migrantes en el mundo y, al efecto,
coincidimos en la necesidad de promover compromisos para asegurar el
respeto a los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. En ese
sentido, instamos al pleno respeto al derecho de todos los migrantes de
entrar en contacto con un consulado de su país, en caso de ser detenidos,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 36 de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares.
TIMOR ORIENTAL
32.-Nos congratulamos y apoyamos los
renovados esfuerzos del Secretario General de las Naciones Unidas con
vistas a dar un nuevo impulso al dialogo, tendiente a alcanzar una
solución justa, global e internacionalmente aceptable para la cuestión
del Timor Oriental, en el marco de las normas y principios del derecho
internacional.
ISLAS MALVINAS
33.- Afirmamos la necesidad de que los
Gobiernos de la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte reanuden, a la brevedad posible, las negociaciones
tendientes a encontrar una pronta solución a la disputa de soberanía
referida a la cuestión de las Islas Malvinas, de conformidad con las
resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados
Americanos y las disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones
Unidas, incluyendo el principio de integridad territorial.
GIBRALTAR
34.- Expresamos nuestro apoyo al proceso
negociador entre los gobiernos de España y el Reino Unido instaurado por
la Declaración de Bruselas de 1984, para que de acuerdo con la doctrina
establecida por la Organización de las Naciones Unidas, se encuentre al
contencioso de Gibraltar una solución negociada sobre la base del
principio de la Integridad Territorial.
COOPERACIÓN ENERGETICA
35.- Tomando en cuenta el gran potencial de
recursos energéticos en América Latina, nos congratulamos por los
progresos alcanzados en la integración energética en esa región y nos
comprometemos a profundizar los esfuerzos tendientes a ampliar la
cooperación en este campo entre los países iberoamericanos, con miras a
fomentar el libre comercio, la integración y la inversión
intrarregionales.
ENSEÑANZA DE LA HISTORIA
36.- Reafirmamos que la enseñanza de la
Historia contribuye a promover la solidaridad entre nuestros pueblos y
apoyamos a la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación,
la Ciencia y la Cultura en sus esfuerzos por concluir el proyecto que
viene desarrollando sobre la enseñanza de la Historia de Iberoamérica.
Dichas conclusiones serán consideradas en la VIII Conferencia
Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
EXPO 98
37.- Reiteramos nuestro apoyo a la
realización, en 1998, de la Exposición Mundial de Lisboa, EXPO 98, cuyo
tema será "Los Océanos, un Patrimonio para el Futuro".
Atribuimos la mayor importancia a la contribución que esta exposición
traerá para una mejor definición de la gestión adecuada de los recursos
hídricos, así como la preservación del medio ambiente, preocupaciones
éstas importantes para nuestros países.
PRESERVACIÓN Y PROMOCIÓN DE LAS LENGUAS
ESPAÑOLA Y PORTUGUESA
38.- Otorgamos fundamental importancia a la
difusión y enseñanza del español y del portugués así como a la
preservación de su uso como idiomas oficiales de trabajo en foros
multilaterales.
I CONGRESO INTERNACIONAL DE LENGUA
ESPAÑOLA
39.- Reconocemos la labor efectuada por el
"Primer Congreso Internacional de la Lengua Española",
celebrado en Zacatecas, México, que supone un hito en un proceso que ha
de conducir al enriquecimiento, consolidación y creciente difusión de la
lengua española, vehículo de comunicación universal y de progreso y
transmisor de cultura. Para ello, es esencial un adecuado conocimiento de
la misma por lo que apoyamos los esfuerzos para la obtención de una
enseñanza de calidad de la lengua española en los sistemas de educación
primaria y secundaria de nuestros países. Asimismo, y según las
conclusiones del citado Congreso, apreciamos los esfuerzos desplegados
para el establecimiento de un sistema de circulación libre y una rebaja
de los fletes postales para el libro impreso en español.
COMUNIDAD DE PAÍSES DE LENGUA PORTUGUESA
(CPLP)
40.- Reconocemos la labor desarrollada en
el primer año de existencia de la Comunidad de Países de Lengua
Portuguesa y hacemos votos para que esta Comunidad, cuyos valores
esenciales compartimos, pueda contribuir a afirmar al mundo de lengua
portuguesa.
CUMBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE - UNIÓN
EUROPEA
41.- Saludamos con particular entusiasmo la
iniciativa de celebrar una Cumbre entre América Latina, el Caribe y la
Unión Europea que permitirá a todos nuestros países impulsar el
diálogo político ya existente, reforzar el dinamismo de los intercambios
económicos y reafirmar la dimensión cultural y humana con una unión
histórica, consolidando la relación especifica entre los dos Continentes
que tendrá en cuenta la dinámica, periodicidad y alcance de los
diálogos subregionales en curso.
Hecho en la Isla de Margarita, a los nueve
días del mes de noviembre de mil novecientos noventa y siete, en
castellano y portugués.
Excelentísimo Señor Carlos Saúl Menen
Presidente de la República Argentina
Excelentísimo Señor Hugo Banzer
Presidente de la República de Bolivia
Excelentísimo Señor Fernando Henrique
Cardoso
Presidente de la República Federativa del Brasil
Excelentísimo Señor Eduardo Frei
Ruiz-Tagle
Presidente de la República de Chile
Excelentísimo Señor Ernesto Samper Pisano
Presidente de la República de Colombia
Excelentísimo Señor José María Figueres
Olsen
Presidente de la República de Costa Rica
Excelentísimo Señor Fidel Castro Ruz
Presidente de la República de Cuba
Excelentísimo Señor José Ayala Lasso
Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Ecuador
Excelentísimo Señor Armando Calderón Sol
Presidente de la República de El Salvador
Su Majestad el Rey Juan Carlos de Borbón
Jefe de Estado del Reino de España
Excelentísimo Señor José María Aznar
López
Presidente de Gobierno del Reino de España
Excelentísimo Señor Alvaro Enrique Arzú
Irigoyen
Presidente de la República de Guatemala
Excelentísimo Señor Carlos Roberto Reina
Idiaquez
Presidente de la República de Honduras Excelentísimo
Señor Ernesto Zedillo Ponce de León
Presidente de los Estados Unidos Méxicanos
Excelentísimo Señor Arnoldo Alemán
Presidente de la República de Nicaragua
Excelentísimo Señor Ernesto Pérez
Balladares
Presidente de la República de Panamá
Excelentísimo Señor Juan Carlos Wasmosy
Presidente de la República del Paraguay
Excelentísimo Señor Alberto Fujimori
Presidente de la República del Perú Excelentísimo
Señor Jorge Fernando Branco de Sampaio
Presidente de la República Portuguesa
Excelentísimo Señor Antonio Guterres
Primer Ministro de la República Portuguesa
Excelentísimo Señor Leonel Fernández
Reyna
Presidente de la República Dominicana
Excelentísimo Señor Julio María
Sanguinetti Coirolo
Presidente de la República Oriental del Uruguay
Excelentísimo Señor Rafael Caldera
Presidente de la República de Venezuela
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